lunes, 18 de mayo de 2009

Bendetti


Hoy nos ha dejado aquel, que con su corazón de exilio se comprometió con la felicidad.
El que nos hizo reir, y llorar, y soñar, y amar, y creer en mi, en ti, en el otro, en el todos.
El que nos hizo sentir la rabia hasta estremecernos de ansiedad por querer cambiar la corriente del rio.

Simplemente por aquel que nos enseño, que
“en la calle codo a codo somos mucho mas que dos”
Por tu eterna entrañable sonrisa que tendra siempre, desde aquella tarde de Madrid, un hueco en mi corazón.
Mis respetos, Don Mario, y mi eterno agradecimiento por enseñarme, pese a las injusticias, a amar la Vida.