viernes, 21 de octubre de 2011
Aprendimos desde niños lo que era el terror.
Crecimos con asesinatos, secuestros, coches bombas y tiros cobardes en la nuca.
Debía tener unos 12 años, cuando al despertar para ir al colegio, asesinaron en el parking a una vecina que era fiscal.
Sentimos en nuestra piel, con lagrimas, como dijo Tomas y Valiente “como cada vez que mataban a un hombre en la calle, mataban un poco de cada uno de nosotros”.
Vivimos con tremenda angustia secuestros eternos, de una muerte anunciada.
Supimos encontrar el coraje para levantarnos y gritar bien alto que queríamos la PAZ.
Mostramos manifestación tras manifestación miles de manos blancas.
Lloramos sin desconsuelo y llenos de rabia, pero volvimos a amanecer con más fuerza.
Nuestros abuelos nos enseñaron a superar una guerra civil.
Nuestros padres una dictadura,
Nosotros enseñaremos a nuestros hijos a superar y VENCER al terrorismo.
Hoy lloramos de felicidad por el recuerdo de todas y cada una de las víctimas,
Porque sus muertes han encontrado la gran recompensa,
Y sonreímos porque dejamos a nuestros hijos un camino con mayor luz.
Porque nuestras incansables acciones a favor de la PAZ y la unión de los pueblos ha merecido la pena.
Porque hoy sentimos a la par el corazón encogido y engrandecido,
Porque la melancolía de lo vivido nos acompaña con un fuerte sentimiento de esperanza.
El arcoíris existe y hoy brilla.
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